Empecemos por el principio.

Se podría decir que el origen de Azul Maya se remonta a 1996. Soy originaria de Mérida Yucatán, México. Y me enamoré de Bélgica en 1996. En efecto, una estancia de 6 meses en Torhout, en Flandes Occidental, me permitió conocer gente maravillosa y hacer sólidas amistades.

Bélgica ha seguido siendo generosa conmigo: un marido maravilloso, una familia fantástica y más de 20 años de enriquecedora experiencia profesional como analista financiera.

Ahora tenemos la ambición de aportar algo a Bélgica. Algo de lo nuestro. Algo auténtico que conocemos bien: el talento manual de los artesanos mayas.

El gesto tradicional combinado con la inventiva del artesano que garantiza piezas con una identidad especial y un encanto único.

Creemos en el valor de la artesanía tradicional para combinar

  • Singularidad y elegancia
  • Materiales naturales y durabilidad
  • Valores humanistas

Pero también y sobre todo, alta calidad. Una calidad que queremos compartir con nuestros clientes de Bélgica y del mundo.

Con esta ambición, hemos encontrado un socio en Yucatán comprometido, como nosotros, con los productos artesanales de alta calidad. Una calidad material, pero también una calidad humana, porque sabemos lo importante que es este aspecto para nuestros clientes.

Es así que podemos ofrecerles artículos certificados de Comercio Justo, emblemas de un hermoso proyecto que busca dar a los artesanos mayas y a sus creaciones el lugar que merecen en el mundo.